Cuando los encuestadores les preguntan a los ciudadanos argentinos si prefieren un cambio rápido y profundo o un cambio gradual, siete de cada diez se inclinan por un cambio rápido y profundo.
Pero cuando se les brinda a los encuestados mayor información y se les aclara que ese cambio generaría quitas en los subsidios a los servicios públicos, ajustes en los planes sociales y despidos en el Estado, no pocos entrevistados asumen que eso podría afectar su bolsillo y le dicen al encuestador: “Sacá lo del cambio rápido y profundo, mejor vamos por un cambio gradual”..